Este calendario se afina durante todo un año, como algunos de los mejores quesos. Cada una de sus joyas lácticas corresponde a un pequeño gran logro, acontecido tras una búsqueda incansable. Exploramos, indagamos, degustamos; subimos a la cueva más recóndita del puerto más alto, donde pastan las ovejas, cabras y vacas de las que se obtiene un queso aclamado en todo el mundo. Nos zambullimos en las páginas de El Quijote y descubrimos que aún se sigue produciendo ese manjar de Tronchón “con tan buenos alientos, que lamieron el pliego de las cartas, solo porque olía a queso”.

En un solo párrafo hemos desvelado apenas dos secretos de 24. No revelaremos más; para abrazar la magia, solo diremos que ambos bocados son tan perfectos como esos otros 22 tesoros largamente perseguidos, que se deshacen en la lengua en una abundante vibración de placer.

Cada queso de nuestro Calendario de Adviento es una celebración, y un agradecimiento. Con ellos, festejamos que estamos vivos, juntos y hambrientos de gozo; con ellos, agradecemos poder compartir con quienes más queremos 24 instantes de magia y deleite.

La exigencia es alta; vuestra cálida acogida cada año, y van tres ya, nos enorgullece tanto como nos apremia a entregar lo máximo. Conjugando calidad y sorpresa, volvemos a presentar nuestro calendario artesanal en una cajita ilustrada en exclusiva por una artista malagueña, en este caso, Patricia Casaucao.

Como siempre, lo entregaremos refrigerado en dos partes, para cuidar la frescura del producto. La primera aparecerá en tu hogar justo antes de que comience el mes de diciembre, inaugurando el encantamiento; la segunda, lo hará entre el 12 y el 13 de diciembre, continuando un fascinante hechizo que te guiará, mordisco a mordisco, hasta los días más especiales de Navidad.

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